El episodio 32 de Una nueva vida, emitido el domingo 20 de abril, marca uno de los momentos más dramáticos y determinantes de la historia. Con una tensión creciente y decisiones que desafían las normas impuestas por las tradiciones familiares, los protagonistas se enfrentan a situaciones límite que pondrán a prueba su amor, lealtad y valor. Ferit y Abidin, decididos a cambiar el destino de las hijas de Kazim, irrumpen en la boda de Suna con la esperanza de evitar el fatídico desenlace y huir juntos, lejos de todo.

Un amor que no se rinde

La historia comienza con la esperada resolución del juicio de divorcio entre Seyran y Ferit. Aunque el resultado no sorprende a nadie, la atención mediática en la salida del tribunal provoca una situación inesperada: Seyran, agobiada por la presión de los periodistas, pierde el conocimiento. Ferit, angustiado, no duda en correr a socorrerla, demostrando una vez más que, pese a todo, sus sentimientos siguen intactos. Esta escena, tan cargada de emoción, no pasa desapercibida para los Ihsanli, quienes observan con desdén lo que consideran una provocación de los Korhan.

Para los Ihsanli, la imagen de Ferit ayudando a Seyran no es un gesto romántico, sino una ofensa a su honor. Rápidamente, hacen llegar a Kazim una advertencia contundente: si su familia no aprende a controlarse, ellos no serán tan indulgentes como lo ha sido Halis hasta ahora. Este mensaje deja claro que el futuro de Seyran y Suna está ahora, más que nunca, en manos de los Ihsanli.

Ferit, atrapado entre el deber y el deseo

Mientras la tensión crece, Ferit toma una decisión drástica en la mansión Korhan. Cansado de las expectativas familiares y de la constante manipulación, presenta públicamente a Pelin como su prometida y pide permiso a su abuelo Halis para que se mude con él. Halis, convencido de que es lo mejor para su nieto, acepta sin imaginar las verdaderas intenciones de Ferit.

Pero lo que aparenta ser un compromiso serio, pronto se convierte en una pesadilla. Ferit, sumido en la frustración y el dolor, recurre al alcohol y comienza a comportarse de forma errática. En una cena familiar, humilla cruelmente a Pelin, dejándole claro que si no puede tolerar su actitud, tiene la puerta abierta para irse. Su ira y su desesperación revelan un alma rota que lucha por no rendirse.

Una huida desesperada

Esa misma noche, incapaz de seguir reprimiendo sus emociones, Ferit intenta salir de la mansión para visitar a Seyran. Sin embargo, Halis, determinado a impedir cualquier desobediencia, ordena vigilancia en todas las salidas. Aun así, Abidin, fiel amigo y aliado de Ferit, se arriesga a ayudarlo, demostrando que su lealtad va más allá de cualquier norma.

Ferit logra llegar a la casa de los Sanli, donde, con el corazón en la mano, le suplica a Kazim que le permita ver a Seyran una última vez. Su actitud vulnerable y sincera logra suavizar incluso al intransigente padre de Seyran. Kazim, por un instante, ve al hombre enamorado más allá del conflicto familiar. Todos comprenden entonces que el amor entre Seyran y Ferit, aunque herido, sigue vivo y palpitante.

Un gesto de valentía inesperado

La fuga de Ferit no pasa desapercibida en la mansión Korhan. Cuando Halis se entera, estalla de furia. Pero, por primera vez, alguien se enfrenta abiertamente al patriarca: Orhan, decidido a proteger a su hijo, se interpone y le impide continuar con los reproches. Este gesto de valentía conmueve a Gulgun, a Fuat y al propio Ferit, que ven en Orhan una figura paterna más humana y protectora.

El destino de Suna: ¿amor o prisión?

Mientras tanto, los preparativos para la boda de Suna y Saffet avanzan a toda prisa. La ceremonia está prevista para esa misma noche, y todo parece ir sobre ruedas… al menos en apariencia. En paralelo, Zerrin y Pelin se reúnen con los Korhan para afinar los detalles del compromiso con Ferit, ajenas al caos que se avecina.

Por su parte, Abidin, quien ha sido recientemente despedido, se encuentra emocionalmente devastado. Ferit le promete que hará todo lo posible para convencer a su abuelo de que lo readmita, pero Abidin ya está al borde del colapso. Incapaz de soportar la idea de ver a la mujer que ama casarse con otro, confiesa a su amigo que le propuso a Suna escapar juntos, dejando todo atrás.

Ferit, comprometido con su causa, organiza un encuentro secreto con Seyran. Su objetivo es convencerla de que hable con Suna para que se atreva a dar el paso y huya con Abidin. Sin embargo, el destino se interpone en forma de Tarik, quien descubre el plan y se enfrenta violentamente a Ferit. La discusión sube de tono y Tarik llega a amenazarlo de muerte, dejando claro que no permitirá que arruinen los planes de los Ihsanli.

Una noche, dos bodas… y un giro inesperado

La noche cae y con ella llega el momento de la verdad. Suna, resignada, se despide de su familia y se prepara para casarse con Saffet. Todo está listo para la ceremonia. Al mismo tiempo, en la mansión Korhan, las familias de Ferit y Pelin celebran una cena para reforzar su compromiso matrimonial. Todo parece bajo control… hasta que Ferit recibe una llamada urgente.

Sin dar explicaciones, abandona la cena, provocando la ira de Zerrin, que no entiende qué puede ser más importante en ese momento. La respuesta llega poco después: en la mansión descubren una nota escrita por Abidin. En ella, se despide de todos, dejando entrever que está dispuesto a cometer una locura irreparable.

Ferit, sabiendo que el tiempo apremia, corre en su búsqueda. Solo él puede detener a su amigo. Y lo hace con una propuesta tan arriesgada como inesperada… una que podría cambiar no solo su destino, sino el de todos los implicados.